Las milongas, tradicionales espacios de encuentro de aficionados a bailar tango, están cerradas por tiempo indeterminado. Algunos maestros dictan clases por las redes, ya sea para despuntar el vicio o para mantener un mínimo ingreso de dinero.
“Por la cuarentena, el tango se toma una pausa. Vamos a ver cuándo y cómo retomarlo. Para los profesores independientes, es muy traumático no saber cuándo vamos a volver a trabajar y a nuestra vida habitual”, admite Jonathan Villanueva, profesor de la academia de tango Estilo y Elegancia, que ahora dicta sus clases de técnicas por Facebook. Otros maestros usan Zoom.