En el corsito del barrio (milonga)
Música: Abel Aznar. Letra: Reinaldo Yiso
La conocí en Puente Alsina,
En el corsito del barrio,
Yo iba de presidiario
Y ella de colombina.
Jugamos con serpentina,
Después con papel picado
Y al rato de haber charlado
Temblando le confesé,
Quisiera mirarla a usted, ¡mamá!,
Sin su antifaz colorado.
Y no, muy fulera no era la mina, claro,
Las cuatro hermanas mayores
Tuvieron que tirarlas ¡mama mía!
Porque se lo habré pedido
Casi caí desmayado,
Tenía el cuero arrugado,
Y un ojo lo había perdido,
Tenía el labio torcido,
Le faltaban cinco dientes,
Una bocaza sonriente,
Grandota como un buzón,
La nariz como un morrón, ¡mama mía!,
Y pelos hasta en la frente.
Se fue acercando mimosa,
Mientras abría los brazos,
Yo, me esquivé del zarpazo
Y ella seguía cargosa.
Cuando la vi peligrosa
Le dije en tono galante:
Mañana mi sol brillante,
¿Dónde te puedo encontrar?
Mañana en el Shangri-lá,
Soy la mujer elefante, soy.
Ni Drácula, el Hombre Lobo,
Ni Frankenstein eran nada
Yo solté la carcajada
Y ella explotó como un globo.
Al punto vino el retobo
La vi que alzaba la mano,
Cerré los ojos y hermano,
No sé que pasó después,
Estoy en la sala diez
Del Hospital Italiano.
“En el corsito del barrio” es una milonga en la que predomina el humor en tono de grotesco. En esta obra se despliega la percepción del carnaval propia de la poética tanguera.