Milonga entrevistó a Carlos Neuman, ingeniero electrónico, apasionado promotor del tango en el mundo, creador del canal Aires de Milonga y presidente de la Asociación de Comunicadores y Promotores del Tango.
Por: M. Belén Bulacio
Belén: Contanos brevemente sobre tu recorrido de vida hasta llegar al tango.
Carlos: De muy chico yo escuchaba tango impuesto porque aparecía el hermano de un cuñado con dos guitarristas en todos los cumpleaños. Pero hay un refrán que dice “el tango siempre espera”. Nunca incursioné hasta recién después de mi divorcio. Fue entonces que encontré en las clases de tango que había un un recreo de la mente y, claro, vi en las clases que lo que yo estaba escuchando era una música que no era el tango cantado que yo escuchaba de chico, el que se escuchaba en la radio de chico. Y es que la música instrumental es excepcional y, bueno, eso me atrajo.
Belén: ¿Con quién tomaste las primeras clases?
Carlos: Mirá en esa época mis profesores eran Mónica y Víctor Ayos, los padres de Mónica Ayos. Con ellos empecé en el Bar Homero de Rubén Juárez. Y, bueno, ahí empecé a tomar clases y la primera clase nomás me gustó, en el sentido de que cuando salí yo dije fue un recreo de la mente y me gustó el escuchar esa música que habían puesto. Después de eso no falté a ninguna clase y estuve más de dos años yendo a clases y a milonga o prácticas. El único día que descansaba era el lunes. Por supuesto, otros días iba con otros profesores.
Belén: Claro, y ¿qué síntesis has hecho a partir de la experiencia que tenés de baile? ¿Qué mirada tenés sobre los distintos estilos que tiene el tango como danza?
Carlos: Más allá de haber tomado mucho tiempo clases y bailar porque hasta el día de hoy no paro de bailar, recuerdo un libro de Malcolm Gladwell que se llama Fuera de Serie, un best seller, que propone una explicación a por qué algunos tienen éxito y otros no y sugiere que la la maestría en cualquier disciplina se obtiene después de diez mil horas de práctica. Entonces es así que uno cuando aprende un movimiento, por ejemplo, empezar a manejar, uno está pensando “pongo primera, meto el embrague,suelto acelerador, voy soltando el embrague”, está prestando atención a los movimientos y llega un momento que la repetición hace que la mente lo aprenda. Ahora, lo puede aprender bien o lo puede aprender mal, la mente no sabe si está mal. Hace poquito leí en Instagram una publicación que decía que diez mil horas de práctica en una actividad equivalen a tantos días de baile o tantos semanas o tantos años, entonces me puse a hacer el cálculo de que ya lo había hecho y y yo llego a veintitrés mil horas de baile en promedio tomando, creo, cuatro horas por día de cuatro días a la semana.
Para mí bailar es fluir y me adapto a todos los estilos de baile que hay, a la mayoría excepto el tango escenario. El portal del patrimonio inmaterial del Gobierno Nacional del Ministerio de Cultura en la web describe los cinco estilos el tango escenario, el tango canyengue, el tango salón que es el más popular, el tango milonguero y el tango nuevo – que es una mezcla entre tango salón y tango escenario que se baila con bueno abrazos abiertos mirando al piso con muchos pasos y mucho espacio.
A través de Aires de Milonga, mi canal, he tenido la posibilidad de viajar por diferentes países del mundo registrando y bailando tango. Me encanta ver que cada cada país pone la idiosincrasia, la cultura de las personas en el baile. Por ejemplo, las austríacas son más técnicas y más frías o sea es lindo bailar con ellas y son dóciles y se esfuerzan en perfeccionarse. A medida que te acercás al mundo latino, en Portugal, España o Italia la gente es más pasional, de hecho, en el sur de Italia se baila muy milonguero, en Lisboa también.
Belén: Contame, ¿el cabeceo se sostiene en Europa?
Carlos: Sí intentan, incluso hay milongas en las que están obligados a hacer el cabeceo. Los códigos de la milonga y de la pista son culturales. Tú sabes que la cultura se forma por la costumbre de un pueblo durante décadas. Algunos códigos ya están vetustos y no se usan, como el pañuelo en la mano para no mojar a la mujer. Otros se mantienen, como moverse en la pista en forma antihoraria. El cabeceo les resulta muy llamativo a los extranjeros. Incluso cuando vienen a Buenos Aires les cuesta el cabeceo, les cuesta acomodarse en la silla para mostrar su cuerpo decir quiero bailar o les cuesta cabecear. Son los únicos dos códigos que se mantienen en el mundo.
Belén: ¿Cómo fue tu experiencia para aprender el cabeceo?
Carlos: Como todo, es una cuestión de costumbre. Estaba obligado a cabecear entonces tuve que aprender a hacerlo, y a medida que uno lo va incorporando se va dando cuenta de que a esa mujer no hay que cabecearla porque está en una posición que “dice” que no quiere bailar esa tanda. Es aprender el lenguaje del cuerpo.
Belén: Hablemos de Protango.
Carlos: Resulta que en el 2012 la Universidad de San Andrés me entrega en condición de comodato un estudio sobre el tango hecho por un grupo de Master Business Administrators. Ese estudio refiere que el mundo factura tres mil millones de dólares por el tango. Esto incluye pasajes de avión, alojamiento, tours. En Europa se mueve mucha la gente de un país a otro porque es mucho más cerca es como movernos nosotros entre provincias. Tienen muchísimos festivales y encuentros de tango. El cuatro por ciento de esos tres mil millones de dólares lo factura la Argentina y ,de ese cuatro por ciento, el dos por ciento o sea la mitad lo facturan las casas de Tango que no difunden el tango sino que cobran por una cena y un show.
Y los que menos facturas son las milongas, las clases y las prácticas que, en verdad, son los que traccionan el tango porque el tango crece de la mano del baile social. Además están las orquestas, la indumentaria y el calzado que son sectores económicos. Lo que hice fue adaptar ese modelo de proyecto y salí a los Ministerios de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y de la Nación, en 2018 creé una asociación con personería jurídica y con comisión directiva para llevar este proyecto adelante. Nuestro objetivo es hacer del tango un producto turístico y cultural para el turismo en general, no sólo para el turismo tanguero porque el turista que llega a Buenos Aires y se va a las Cataratas o se va a Ushuaia muchas veces vuelve a su país sin ver nada de tango, salvo que camine por la calle Florida y vea a los bailarines haciendo sus shows.
Este proyecto es hacer puntos de tango, puntos de experiencia tanguera para los turistas para que cuando estén en las Cataratas se encuentren con una cabina o local donde accedan a una experiencia de tango argentino.
Nueva Orleans lo hizo con el jazz, Andalucía con el flamenco está haciendo lo mismo y nosotros con nuestro tango no hacemos nada. En general, la mayoría de quienes están en el baile están viendo cómo hacer para irse al exterior y trabajar con el tango allá. Y resulta que acá todos los que trabajan con el tango no pueden solventar ni pagar impuestos por eso se trabaja informalmente porque el tango no produce facturación, salvo las casas de tango y alguna que otra milonga.
Por estos días tengo una reunión con el Ministerio de turismo porque Protango tiene la marca país, al igual que Aires de Milonga, y ahora va a salir la submarca Argentina tango y a partir de ahí parece que puede llevarse a cabo este proyecto.
Y por supuesto, tengo Aires de Milonga, con la que desde 2010 he conformado una vastísima videoteca de tango testimonial con difusión por el canal homónimo de YouTube, website y demás redes sociales con bailes, clases, orquestas, etc que sin fines de lucro me mantiene conectado con mis pasiones: los universos del tango y el audiovisual. En todo el mundo ya conocen Aires de Milonga y saben que de allí pueden ver el baile, escuchar tangos y aprender porque son videos didácticos.
Gracias Carlos Neuman por tu generosa y sostenida entrega de tiempo, experiencia y conocimiento.