La fecha se celebra en homenaje al nacimiento del escritor, poeta, ensayista y periodista argentino Leopoldo Lugones, en 1874. Fundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, Lugones es reconocido como un precursor y figura clave en la configuración de la literatura argentina.
Para conmemorar esta fecha, Milonga acerca a sus lectores una breve crítica sobre la novela del escritor tucumano Tomás Eloy Martínez publicada en 2004.
El cantor de tango de Tomás Eloy Martínez trata sobre un estadounidense que llega a Buenos Aires para escribir un trabajo con una mirada distinta sobre el tango, la mirada del escritor Jorge Luis Borges.
El libro comienza con Bruno Cadogan llegando a la Argentina, a Buenos Aires, cuna del tango. Su objetivo es seguir la pista de un cantor, Martel. De él, se dice que es mejor que el mítico Carlos Gardel pero su forma de proceder es extraña: se presenta de improviso en sitios extraños, no hay grabaciones registradas y su esencia recae en la posibilidad de escuchar su voz en vivo.
Cadogan se sumerge en una vertiginosa Buenos Aires, a las puertas del colapso del 2001. Allí, paso a paso, perseguirá la huella del cantante y pasará de ser un extranjero de visita en la ciudad, a mimetizarse con el espíritu del porteño de ese momento.
Narrada de forma impecable, esta novela es una mirada a la vida de la ciudad más importante de la Argentina. Con un misterio delante, deseando que Cadogan alcance su objetivo mientras se ve seducido una y otra vez por uno de los escritores más emblemáticos de esta cultura –Borges- el libro se transforma en una suerte de guía turística privilegiada.
Decir que Tomás Eloy Martínez fue crítico con la cultura argentina, es un detalle que se ve plasmado en las hojas de El cantor de tango. El hecho de que se incluya a un extranjero como personaje principal para describir la sensación de una ciudad a punto de explotar, la vuelve más atractiva.
La percibo como una novela apasionada, con definiciones de los argentinos, de los porteños. Claro, y de Buenos Aires. Capital marcada por los acontecimientos históricos que definen sus múltiples espacios, por sudar arte en todas sus expresiones y regalar talentos. Rasgada por una sociedad en constante ebullición, de vida acelerada, de pasiones y fanatismos tan fuertes que nadie puede escaparles.
Cuando un extranjero habla de Buenos Aires, lo hace favorablemente. Es una ciudad que nunca duerme y que, Tomás Eloy Martínez supo percibir en el comportamiento de sus habitantes, de sus costumbres, de sus reacciones y de sus acciones. No sé bailarlo, pero gracias a este libro conozco un poco más del significado del tango.
FUENTE: Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)