Laura Petruchi fue la anfitriona de un sábado de tangos el pasado 29 de agosto en el live del Templo de la Voz. Los ocho intérpretes se aprontaron desde sus casas para compartir su amor por la música mientras su profesora, host, djt, locutora y oyente los acompañó desde la pantalla. Como todo docente que se precie de su oficio, Laura desplegó sus habilidades de multitasker leyendo los mensajes en vivo, enviando solicitudes, poniendo las pistas, narrando historias a modo de telón de fondo de las canciones, y co-creando un clima cálido para todos los que compartimos la noche.
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El live inició con el tango Afiches, compuesto en 1956 con música de Atilio Stampone y letra de Homero Expósito, interpretado por Valeria Casal Pasión. Laura compartió una anécdota: “ contó Stampone que los hermanos Expósito iban a almorzar muy seguido a su casa mientras la mamá cocinaba y Stampone tocaba una melodía que había creado y la repetía en los momentos libres. Un día Homero Expósito le dá un papel y le dice “Fijate si métricamente con esa melodía que no me deja morfar lo que cocina tu vieja”. Coincidía perfectamente. Homero era un genio, tenía todo en el oído. Stampone le dijo: “Che, no hay que cambiar nada.” “Ya lo sé”, le respondió Homero.”
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Nora Valenzuela interpretó Nada (1944). Música: José Dames. Letra: Horacio Sanguinetti. . Laura comentó que muchos alumnos suelen estudiarlo y cantarlo. Después de la interpretación la profesora aplaudió y agradeció el apoyo de los compañeros que se expresaron por medio de mensajes de aliento. Nora expresó “estoy feliz de compartir con mis compañeros, a pesar de esta situación que estamos. Extraño un montón la parte de encontrarnos, de compartir, de estar juntos, de abrazarnos. Bueno, seguimos igualmente de la misma manera conectados y esto ayuda a muchas personas a sentirnos mejor.Como siempre una eterna agradecida al Templo de la Voz, a vos, a Patricia , a Vale, a Nancy, a Lea y todos los profes.”
Laura comentó que los alumnos se llevan bien. Hizo un intento por conectarse con la voz masculina de la noche y, aunque San Wi-Fi no asistió esa conexión, dejó un halo de misterio para averiguarlo más tarde.
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La tercera interpretación la hizo la más pequeña del grupo, Agostina Argañaraz, 16 años, eligió el tango Volver (1934) compuesto por el poeta Alfredo Lepera y Carlos Gardel un año antes de su fallecimiento. Los padres de Agostina acompañaron con mensajes.
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Con la frase “ y si no nos podemos ver, nos podemos escuchar” Laura recibió a su cuarto alumno, Gabriel Bracamonte, dueño de una voz hermosa, (ahora se despejaba el misterio de San Wi-fi). La profe nos contó la historia que acompaña a Garúa, compuesta en 1943 con letra de Enrique Cadícamo. “Una noche que lloviznaba, el bandoneonista que presentación tras presentación confirmaba estar destinado a convertirse en leyenda del tango, llamó a Enrique Cadícamo para mostrarle un nuevo tema que había compuesto. Así fué como en el altillo del Tibidabo Pichuco tarareo e interpretó la melodía en su bandoneón. Al escucharla, el maestro del tango se entusiasmó de inmediato. Ya de madrugada, una vez finalizado el show,Cadícamo se retiró caminando hacia su casa. Bajo la persistente llovizna comenzó a imaginar la letra que al día siguiente concluiría y le presentaría a Troilo en el mismo cabaret.“
Gabriel agradeció a su profesora, a Templo y a Daniel Lamberti por la pista y a su familia por el apoyo constante.