Melodías en tiempos de pandemia

«Entropía» de Pablo Thimental

Intérpretes:
Orquesta Sinfónica Nacional
Pablo Thimental (clarinete, clarinete bajo y autor de la composición)
Mariana Larrosa (trombón y editora artística)
Marcos Serrano (xilofón y percusión)

Cántico Cósmico, Ernesto Cardenal (fragmento)

Cantiga 3
FUGA DE OTOÑO

En el principio
— Todo estaba oscuro.
No había sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas.
Sólo estaba el mar en todas partes:
— Una masa desordenada de cosas mal ligadas.
Nada alentaba en ella.
— No existían las plantas, los animales,
solamente las oscuridades,
no se veía nada, ni los ríos ni los animales.
— Un ente sin nombre suspiraba profundamente
y no había nada más en el mundo.
Era una oscuridad oculta por una oscuridad.

La lámpara para brillar necesita noche.
Planetas, estrellas, agrupaciones de estrellas,
galaxias, agrupaciones de galaxias,
agrupaciones de agrupaciones de galaxias.
Y el 90% de la materia del universo es invisible
o tal vez el 99%.
En los gases oscuros y fríos se gestan estrellas,
no en la materia caliente y luminosa, ésa está en expansión.
Una forma de energía es la materia,
la que puede crearse de otras formas de energía
y viceversa.

¡La segunda ley de la termodinámica!:
la energía es indestructible en cuanto a la cantidad
pero continuamente cambia de forma.
Y va siempre hacia abajo como el agua.
En la misma dirección como los ríos al mar.
El paso es de pocas cuantas de alta energía a
muchas cuantas de baja energía.
La fragmentación de grandes cuantas en pequeñas cuantas
(las de mucha energía de ondas muy cortas
y las de poca muy largas)
y ya es imposible reconstruir jamás las grandes cuantas.
Esto es:
la decadencia inevitable del universo.
Llegará un día en que el último ergio de energía del universo
de dejará de correr,
y en ese momento todo el movimiento del universo
se detendrá.

La segunda ley de la termodinámica,
que nadie puede negar:
Un agotamiento final.
Una fría muerte calórica del cosmos.
El orden tiende al desorden.
La Acrópolis corroyéndose por la polución.
Venecia, sus balcones se desmoronan como queso gorgonzola.

Como los ríos al mar.
Pero la energía que hace correr los ríos al mar
es la del sol.
Apagada la radiación
el río deja de correr.
La energía de todo el universo es la misma que la del río:
salidas del interior de las estrellas
en forma de cuantas
de cortísimas ondas
las ondas se han ido alargando al perder el calor.
De unas pocas cuantas de mucha energía
a muchas de poca energía..
Alejándose en el espacio se van alargando y alargando las ondas.
Las cuantas creciendo inmensamente en número
pero cada cuanta ahora con menos fuerza.
Hasta que las ondas cada vez más y más largas llegan a morir
a las playas más lejanas del universo.
Como los ríos al mar,
el calor siempre en dirección a lo frío.
Hacia la tumba de la entropía.

Sólo la vida crea orden y mantiene orden.
La muerte es la pérdida de la organización, las moléculas
vuelven a lo más simple, a niveles
cada vez más bajos de organización.
Sólo la vida es la creación del orden
contra la destrucción,
y el mantenimiento heroico del orden
contra la destrucción.