El Tango escenario: de Vilna a Londres

Ruta Keller y Alexis González, campeones de la categoría de Tango Escenario en la Preliminar Oficial de Tango BA 2022 en Londres, conversaron con Milonga acerca de su vínculo con el tango-danza y las oportunidades que trajo el nuevo escenario global.

Milonga: ¿Cuál fue tu recorrido en los campeonatos de tango previos a la pandemia?

Alexis: Antes de la pandemia pude competir varias veces en distintas subsedes del Mundial de Tango logrando llegar a las semifinales en la categoría tango de escenario en los años 2019, 2014, 2013 – previo a eso, participé en las subsedes porque vivía fuera de Bs As.

Milonga:¿Qué redescubrieron de la danza post pandemia?

Ruta y Alexis: No podemos negar el hecho de que en un momento nos asustó ya que no sabíamos por cuánto tiempo no podríamos volver a bailar y hasta llegamos a pensar que quizás era el fin de esta etapa. Luego, la pandemia nos hizo sacar del cajón de los recuerdos mucho de nuestros inicios, por ejemplo, la danza clásica, el volver a investigar la música, las orquestas, volver a entrenar desde cero el tango otra vez. Digamos que nos ayudó en cierta manera a poder cargar muchas energías para armar un proyecto nuevo y, a su vez, unirnos como pareja de baile.

Milonga: ¿Cuál es su historia con el tango?

Ruta: A los 13 años vi por primera vez una compañía de tango en mi ciudad natal (Pasvalys), y fue ahí donde empecé a investigar qué era aquella música y esos movimientos. A los 18 me mudé a Vilna y pude contactarme con el director, Sigitas Repsys. Él me invitó a participar de su grupo de teatro y fue ahí donde seguí este camino.
Alexis: Mi vínculo con el tango lo inicié a los 11 años por accidente, porque teníamos que armar una performance para la fiesta de fin de año de mi colegio primario y yo quería hacer algo diferente porque siempre bailaba folklore; se me ocurrió La Cumparsita en la versión de Julio Sosa, y ese fue mi primer contacto con mi tango. Por supuesto, era muy chico y mi baile era sólo pasos o secuencias. Más adelante, descubrí el tango desde otro lado, donde compartía junto a otras personas las distintas orquestas en las milongas, donde en cada una de ellas podía descubrir que cada sonido me transmitía algo nuevo, eso fue mágico en verdad.

Milonga: Además de la alegría de ser finalistas, ¿qué les trajo el desafío de participar de esta competencia?

Ruta y Alexis: Creemos que lo más grato que nos brindó el proceso de prepararnos para la competencia, fue trabajar por un objetivo como pareja, y conectarnos más desde ese deseo de poder crecer juntos en nuestro baile y compartir como si fuéramos un matrimonio, ya que todo lo que hacemos siempre es consensuado por los dos y ello hace que podamos sentirnos fuertes y firmes. Descubrimos también el proceso de entrenar fuerte modificando varias ideas individuales propias de dos estilos individuales y ser cómplices en un solo estilo siendo un camino arduo, claro, pero sentimos que es por ahí.

Biografías

Ruta Keller
Empiezo a bailar cuando tenía 4 años en mi ciudad Pasvalys (Lituania), fue gracias a mi abuela quien me llevaba al estudio de baile en ese entonces eran de Ballroom, lo practiqué por 10 años seguidos. En esos años nunca me inculcaron el arte del tango ya que en mi país era difícil que llegue tal como lo conocemos ahora. Mi primer contacto fue en el mismo estudio, donde mientras ensayaba mis performance desde lejos se escuchaba esa música, y me llamaba la atención y me preguntaba – qué era. Luego conocí el tango como una danza muy particular. Me llamaba por sus formas, sus melodías y dije “quiero eso”. Luego me dediqué a bailar folklore lituano 4 años, terminando mis estudios primarios me mudé a Vilna y fue ahí donde empecé mis primeros pasos de tango junto a Sigitas y, a la vez, empiezo a estudiar en la Universidad de Baile en tanto desarrollaba mi otro arte. Luego pude viajar a Argentina y fue un antes y un después ya que descubrí el tango desde todos los ángulos que uno puede imaginarse, desde tomar mate, bailar en milongas, viajar a distintas ciudades compartir comidas, todo eso hace a que respire un aire que siempre me transporta al tango, fue muy difícil crecer desde mi baile ya que nunca tenía un compañero estable. Cada año que pasaba era una pareja nueva y eso hace que sea realmente complicado pensar en un objetivo definido. Luego conocí una pareja muy famosa de Argentina, Carla Domínguez y Julio Sefino que en base a mi historia con los bailarines, me contaron que conocían un bailarín que tenía el mismo problema con los cambios de compañeras. Fue entonces cuando pensé, “Bueno, tengo que conocerlo, no sé cómo pero ¡tenemos que juntarnos! – y así fue, el destino nos conectó y hoy estamos trabajando juntos con idea de muchos años más.

Alexis González
Soy de San Nicolás. Allí di mis primeros pasos a los 6 años bailando folklore chileno, luego a los 8 empecé a tomar clases de folklore argentino y a los 11 tuve mi primer contacto con el tango en el escenario. Más adelante, a los 18 años aproximadamente, fuí descubriendo las milongas sociales ya que podía salir más solo, y fue ahí donde todo empezó a cambiar. Compraba CDs originales de D’Arienzo, Pugliese y Di sarli, viajaba para tomar clases a Bs As. Dejé el folklore y me dediqué de lleno a bailar tango y perfeccionar mi danza desde cero prácticamente porque cada profesor o profesora brinda algo nuevo. Un día charlando con mi abuela y me contó que mi abuelo tenía una milonga muy famosa en San Nicolás, y entonces pensé quizás mis raíces en el arte del tango vinieron por ahí ya que fue el único miembro de mi familia que bailaba o hacía algo por él, y pensé “wow, después de tanto años, lo tenía en la sangre y no lo sabía”. Y así fui encontrando mi camino, compitiendo en certámenes nacionales, campeonatos mundiales, armé mi grupo de tango llamado Tango Macuo, donde pude desarrollar mi faceta de director y fue un hermoso momento en mi vida, lo sentía como una parte de mi familia. Después vinieron las giras en 2019 y la pandemia que fue terrible pero al final apareció una propuesta laboral que me cambió la vida. Fue la oportunidad de trabajar en Vilna en una casa de tango. Dejé todo en Argentina y aquí estoy en Lituania, bailando con Ruta.