“Me han llamado de muchas formas. No soy ‘la Gardel con polleras’ ni ‘la voz de alondra’. Me gusta ser Nelly Omar, cantora nacional”. Esa definición (junto a muchas otras) que le dio a su sobrina nieta, Teresa Saporiti, suena en la película que justamente lleva ese nombre, Nelly Omar, Cantora Nacional, (2014). Aunque ya estrenada, se verá por primera vez en una pantalla de cine, durante el Tango BA Festival y Mundial, que comienza esta semana. Desde este martes se podrá participar en la cita anual con el tango en diversas sedes porteñas, hasta el 17 de este mes, cuando se realicen las finales de campeonato mundial de baile, muy cerca del Obelisco. La película dedicada a Nelly Omar es una de las perlitas o curiosidades de esta edición.
Nelly, que vivió más de cien años, había nacido en una estancia cercana a la localidad bonaerense de Guaminí, el 10 de septiembre de 1911, como Nilda Elvira Vattuone. Se destacó como intérprete, adquirió fama nacional y siempre mostró una coherencia artística, que mucho tuvo que ver con su temperamento y su fuerte carácter. Las concesiones nunca parecen haber sido su especialidad, y seguramente eso le costó resignar los beneficios de una carrera artística de diferente trascendencia. En realidad, la enorme trascendencia que tuvo fue gracias a su voz y a sus palabras que nunca mostraron medias tintas.
En la vida de la cantora se pueden encontrar varias leyendas, algunas confirmadas, otras no. En las letras de Homero Manzi generalmente aparecen pistas con diversas interpretaciones: aunque hay versiones que lo desmienten, pudo haber sido “Malena” y hay ciertos datos coloridos que aportan pinceladas románticas en otros temas. El tango “Sur” dice en uno de sus versos, “Y mi amor y tu ventana”. En el libro biográfico que escribió Juan Carlos Jara, se rescata un testimonio radial de Omar en el que la cantora dice: “Le digo más -señala Nelly en un reportaje-: Homero me trajo ese tango una noche para que se lo pasara a [Edmundo] Rivero por teléfono. Yo vivía en planta baja y al llegar Homero me golpeaba la ventana en vez de tocar el timbre. De ahí viene aquello de ‘Y mi amor en tu ventana’”.
Pero más allá de las especulaciones, acaso fueron esos versos de “Parece mentira” los que suenan a su medida: “Yo soy como siempre, yo nunca cambié. Mi ropa es la de antes, mi vida también. Por eso, de pronto, me cuesta creer, que seas la misma, la misma de ayer”.
En 1922, la muerte de su padre, Marcos Vattuone, obligó a la familia a mudarse a Buenos Aires. Nelly, que todavía era Nilda, comenzó a trabajar a los 12 años en una fábrica de medias, hasta que un día, gracias a que uno de sus hermanos le insistiera con el canto, la descubrió un productor. “Me dijo que me quería contratar tres días y yo le dije que le tenía que consultar a mi mamá”, dice Nelly en un fragmento de la película que incorpora una entrevista radial. Teresa Saporiti, la directora, fue reconstruyendo y aportando curiosidades a partir de datos que son bien conocidos. Decidió apostar a la confirmación de toda esa información. Una de las pistas la ofrece Gabriel Soria, presidente de la Academia Nacional del Tango, cuando se refiere a la popularidad de Omar, entre otros análisis muy certeros que ofrece el especialista. Y esa popularidad está demostrada en un concurso que realiza para sus lectores la revista Caras y Caretas. En sus años de mayor éxito, Nelly fue la número uno.
También hay registro de su pasión por la aviación y la conexión que esto tuvo con Eva Duarte. Y hasta el pacto que juntas hicieron, en torno a sus más íntimos secretos. La voz de “La descamisada”, la proscripción por su fidelidad al peronismo y su regreso a los escenarios. Y a medida que el relato de Saporiti transcurre aparece un casete con una grabación inédita y la anécdota que explica por qué comenzó a usar un poncho. Según su sobrino, fue “para tapar la pobreza”. También habrá tiempo para detenerse en su regreso a los escenarios y a los discos, a finales de los sesenta, con las guitarras de Roberto Grela y las de José Canet, y más tarde con la orquesta de Alberto Di Paulo. Y el misterio de otro largo impasse, hasta su vuelta al disco, ya en el nuevo siglo, con la voz intacta a pesar de tener más de noventa años. El trabajo paciente de la directora también incluye el testimonio de Horacio Guarany y una charla con Nelly, cuando la cantora tenía casi 100 años (sin duda, el momento imperdible de la película) y hablaba del recital que estaba preparando para el Luna Park, para festejar su centenario. Ese que logró ofrecer en noviembre de 2011, dos años antes de su muerte. Para el arte de tapa de uno de sus discos escribió: “Canto porque me gusta cantar, nunca pensé en ventajas lucrativas. Por eso quisiera que al escuchar este larga duración sientan ustedes al igual que yo la misma emoción que puse en todas las interpretaciones”.
En agenda
Para aquellos que todavía no la han visto y sientan curiosidad, la película dedicada a Nelly Omar se verá en el Cultural San Martín, en cuatro funciones programadas en fechas impares: el 7 a las 19, el 9 a las 20:30, el 11 a las 19 y el 17 a las 20:30.
Durante casi dos semanas habrá más de treinta sedes para 1500 artistas que ofrecerán shows, exhibiciones, conciertos, homenajes, danza, clases, cine, videoclips, muestras y presentaciones de libros. Algunas de estas actividades de Tango BA Festival y Mundial se podrán ver desde buenosaires.gob.ar/tangoba.
“Tengo una vez más el honor y el desafío de dirigirlo artísticamente. El año pasado salimos adelante valientemente, más allá de las dificultades que planteaba la pandemia -dice Natacha Poberaj, directora artística-. Este 2022, con energías renovadas, el Festival se va a centrar en la promoción y la difusión del Tango como hecho cultural en todo su esplendor, entendiendo la importancia del imperdible encuentro tanguero en la Ciudad y el Mundo. Como directora artística, bailarina y docente, entiendo y siento nuestra música, nuestra poesía, nuestras imágenes y nuestra danza como los ejes que marcarán el paso de esta edición que hace por federalizar cada vez más. El impulso de la escena actual del tango en todas sus facetas, suscita este gran encuentro en el calendario argentino. Aquí, en el festival, se funden todos los sueños, todas las expresiones y anhelos de los artistas ante la mirada de un público cada vez más inclusivo, variado, junto a la fuerza de los bailarines populares y milongueros que representan el sentimiento genuino de este arte. La Unesco declaró al tango como Patrimonio Cultural de la Humanidad; Santiago Ayala, “El Chúcaro”, lo definió como el folklore de los porteños; desde la dirección artística estos son pilares para convalidar nuestro compromiso con el pasado glorioso y con los referentes contemporáneos que día a día mueven lo que el maestro Osvaldo Pugliese definió como ‘la máquina tanguera’”.
El puntapié inicial será este martes, a las 19.30, en la Usina del Arte, con un espectáculo denominado Noche de Leyendas, con varias figuras del tango danza y la participación especial de la gran bailarina María Nieves. Como curiosidades, el palacio Barolo, que está por cumplir cien años, será una de las sedes del festival con un concierto en su hall, el jueves, a las 19. Una hora antes, la Orquesta Sans Souci deleitará a bailarines y curioso en el Shopping Abasto. Y la semana siguiente, en el Auditorio de La Usina se presentará Spinettango, el tributo tanguero a la obra de Luis Alberto Spinetta que hace la agrupación cordobesa Los Altiyeros, creada por Damián Torres Quinteto y el cantor Santiago Muñiz. Y las finales del Mundial, de las categorías Pista y Escenario, se realizarán el 17 de este mes, en un escenario montado en Diagonal Norte, con el Obelisco como telón de fondo.
FUENTE: La Nación