Arranquemos la semana con un tango que invita a salir de la cama, rebolear las pantuflas y abrazarse al primer cristiano – con o sin barbijo – que uno tenga la suerte de encontrar en la pieza.
Extractos de cronicasdelaemigracion.com de ISAAC OTERO
Dice Otero en su página web cronicasdelaemigracion.com, en la que retoma la obra Así nacieron los tangos, Ediciones Corregidor, 1980, Buenos Aires, firmada por el virtuoso poeta tanguero Francisco García Jiménez: “Acerca de José Luis Padula hemos de afirmar que fue un compositor de enorme frescura compositiva de índole popular. … Desde bien mozo, fue recorriendo locales de provincias donde interpretaba piezas nativas, si bien el tucumano Padula, en su hondo sentir, reservaba su emoción ante el tango. … Un buen día bajó del tren en Rosario, gran ciudad que competía, poniéndole los dientes largos, con Buenos Aires” …
“Rosario –continúa escribiendo con donosura García Jiménez– fue donde Padula concibió sus dos tangos para la posteridad: Nueve de Julio y Lunes, a los que daría estructura formal en Buenos Aires, al venir a tocar en un cafetín de Avellaneda. … todas las orquestas típicas los incluían en sus repertorios, silbándolos y tarareándolos los transeúntes por las avenidas porteñas y rosarinas”.
“El tango Lunes … ingresó en la imprenta musical. “Viñeta cantable” con ritmo juguetón, su letra establece la antítesis entre los suaves sueños del domingo y la grave verdad del lunes… “Pero qué importa que en este monte criollo/ hoy muestre un lunes en puerta el almanaque;/ si en esa carta caímos en el hoyo/ ya ha de venir un domingo que nos saque…”.
Buen lunes entonces!!!