Charlas con gente de tango: Fabián Giusiano.Parte 1.

Fabián es músico, profesor de tango y sonido en la Universidad de Río Cuarto, Córdoba. Charló con Milonga sobre sus proyectos durante la cuarentena en Córdoba y el abrazo del tango.

Belén: ¿Cómo te has reinventado en la pandemia?

Fabián: Qué bueno que pudimos reunirnos ahora a la tarde , generalmente a la mañana la destino al trabajo académico. Cuando las actividades eran presenciales, esta era la hora que en la que yo empezaba a activar los ensayos con las orquestas y las clases de tango. Con todo esto [la cuarentena] han cambiado los horarios y me queda libre la tardecita, que para mí es un horario más inspirador para ponerse a estudiar, a leer, a escribir o para la huerta. La huerta es lo que me da un poco de equilibrio, la verdad. Con todas las horas que paso en la pantalla, si no tuviese otra actividad… [se endereza en la silla]. Aquí en Río Cuarto estamos en fase 1 de nuevo porque los casos crecieron de golpe, pero más allá de eso, de los 10 médicos emergentólogos que tenemos, se han contagiado 8. Parece que esto viene para largo.

No dejo de ver los contratiempos que esto trajo, en este momento es un privilegio poder dedicarse a la docencia desde la universidad pública aunque se sostenga gracias a la conexión que estamos pagando de manera privada los docentes. En definitiva, las clases no han perdido continuidad.

Otro aspecto positivo de la pandemia fue el impacto ambiental que tuvo en los primeros meses. Aquí en Río Cuarto en Banda Norte, cerca de casa vieron un puma por mi barrio durante los primeros 40 días de reclusión. Cambió lo que se veía y lo que se escuchaba. Todo. Con nosotros adentro, el ambiente respiró un poco.

Creo que es una cuestión de equilibrio. Con una de mis ayudantes en la facultad, pensamos que sería bueno poder dar clases desde casa el año que viene. Yo trabajo en un estudio/aula de grabación en la universidad, doy una materia en la carrera de Comunicación que se llama Sonido. El estudio está acustizado y es para 30 o 40 personas. Va a ser imposible volver a dar clases en esas condiciones el año que viene, sobretodo porque hay clases para las que el equipamiento es imprescindible. Hemos podido adaptar los contenidos que tienen que ver con la física del sonido pero hay otros relacionados con la parte técnica que sería imposible abordar sin él. Imposible de enseñar ni de evaluar. Es necesaria la presencialidad en ese sentido, ahora, sería bueno poder encontrar un equilibrio entre ambas formas, la presencialidad y la virtualidad. El otro día escuché a Daniel Barenboim en una entrevista y él decía que era pesimista sobre si vamos a aprender algo con esto.

Las milongas a futuro y la gestión de otros países

Belén: ¿Qué información tenés sobre cómo se están gestionando las milongas en otros países?

Fabián: Con la pandemia y las medidas de cuidado, nos estamos acostumbrando a una distancia que no es buena para el tango que es una danza única por el abrazo.

La información que tengo de amigos de Europa es que están siendo muy cautos y que organizan alguna milonga o clase al aire libre con poca gente y protocolos. Por mi parte, espero que a futuro, las milongas no sean muy diferentes de como eran. Vamos a tener que negociar haciendo algunos sacrificios o concesiones. Este aislamiento alimenta el deseo y las ganas de bailar, de reencontrarse aunque sea vestidos de marcianos [risas]. Ese es mi deseo, pero no puedo anticipar cómo va a ser porque esto es día a día y minuto a minuto como en la tele.

Reinventarse

Belén: Desde tu punto de vista, ¿cómo se están adaptando los actores del universo del tango a la pandemia?

Fabián: Aquí la ciudad de Córdoba capital me pidió algunos videos con las orquestas con las que yo toco para pasarlo en una cena temática de tango, es una forma que han encontrado los organizadores de milongas de reinventarse. Decidieron proyectar algunas producciones vinculadas al tango con escenas de orquestas, el baile o los trajes. De esta forma le encontraron la vuelta para poder tener ingresos hasta que pueda volver el baile.

En actividades que involucran el cuerpo, la música y la danza, estamos encontrando canales de sublimación del movimiento a través de la actuación en videos cortos, mayormente producciones caseras.

El abrazo: lo que se ve y lo que se vive

Belén: Desde tu experiencia ¿qué significa el abrazo en el tango?

Fabián: El valor de las cosas que teníamos naturalizadas como el abrazo, que es algo primitivo pero que en nuestra danza encontró una manifestación sublime. Me pasaba que en las clases, cuando hablábamos del abrazo, lo hacíamos desde una dimensión técnica y la cuarentena puso en valor la necesidad del contacto.
Como comunidad tanguera tenemos la oportunidad de dejar de pensar en el abrazo como parte funcional de la danza y poder apreciar esta otra dimensión del contacto y como una cuestión de la pareja. El tango empezó desde dos personas que se abrazaron y empezaron a moverse como pudieron al compás de una música.
Es desde ahí desde donde yo enseño, a movernos desde la libertad del cuerpo. Trabajo con dos o tres cuestiones técnicas como la distribución del peso para poder caminar de manera improvisada hacia donde querramos, pero si no hay esa comunicación que tiene que venir de la sensibilidad con el otro, arrancamos el tango desde lo que se ve, en vez de desde lo que se tiene que vivir desde el cuerpo para poder comunicarnos. Es una cuestión sensorial que tenemos que desarrollar como un código de comunicación más que emocional. Una vez que logramos eso, viene lo secundario que es que se vea bonito porque es una danza. Me parece que lo importante hoy es recuperar la semilla de abrazarse y caminar dos pasos en el baile.

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El que toca no baila…

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La educación está diseñada para la cabeza y lo que tiene la danza es que no se puede organizar sólo desde lo racional y propone un aprendizaje integral.